Las Raspberries Ketones o cetonas de frambuesa estimulan la producción de adiponectina, una hormona que se sintetiza exclusivamente en el tejido graso y que en la obesidad se encuentra disminuida. La función de dicha hormona, es metabolizar las grasas y promover la sensibilidad a la insulina para la utilización de azúcares, así conseguimos mantenernos en nuestro peso.
Debido a esto, puede ser un prometedor uso terapéutico pero sólo para aquellas personas que padecen de síndrome metabólico o diabetes tipo II, ya que con el tratamiento dietético es insuficiente debido a un error en un punto clave del metabolismo, que hace que se tengan los niveles de adiponectina bajos.
Este es un producto que se ha difundido rápidamente, pero he de decir que sólo se ha estudiado en animales y de los consumidores se destacan opiniones para todos los gustos ya que salen amantes y detractores. Mientras algunos cuentan que incluso les ha esculpido el cuerpo, otros se quejan de problemas con nerviosismos y alteraciones del sueño. No obstante, se advierte que el uso de las cetonas de frambuesa junto a medicamentos antidepresivos, contra el asma, diabetes, enfermedades cardiovasculares o ansiedad, elevan los niveles de norepinefrina, un neurotransmisor que al verse aumentado provoca un aumento en la frecuencia cardíaca.
Numerosos expertos coinciden en la postura de la necesidad de revisar los estudios sobre su efectividad. Así opinan Dawn Cooper, nutricionista clínica y especialista en suplementos naturales y Robert H. Lustig, profesor de la Universidad de California en San Francisco y experto en obesidad.
No cabe duda de que las opiniones negativas carecen de la fuerza suficiente, al menos para parar el “huracán Raspberry Ketone” que se ha desatado en Estados Unidos, y que ya ha llegado a España debido a una enorme campaña de marketing.
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