Los consumidores podrán conocer la información nutricional de los alimentos, sus ingredientes o la procedencia de la materia prima con un tamaño de letra legible. Esta es la nueva normativa de etiquetado que deberán llevar todos los productos alimenticios a partir del próximo 13 de diciembre.
En esa fecha entrará en vigor el nuevo reglamento 1169/2011 elaborado por la Unión Europea, una normativa de obligado cumplimiento que supondrá importantes cambios en las etiquetas de los alimentos.
Así lo ha asegurado Jose María Ferrer, jefe del departamento de Legislación de AINIA, Centro Tecnológico. Ferrer ha explicado que la Unión Europea decidió elaborar esta normativa para aunar en un único reglamento el resto de textos legales que había al respecto y porque se hizo eco de la demanda de los consumidores de recibir más información sobre los alimentos.
Uno de los aspectos que regula el nuevo reglamentos es el tamaño de la letra de las etiquetas, que nunca será menor de 1,2 milímetros de altura, mientras que la actual normativa no fija un mínimo y solo se especificaba que tiene que ser "legible".
Las nuevas etiquetas también incluirán el país de origen de los productos, ya que en la actuales figura el lugar de la última transformación, con lo que, según José María Ferrer, "se esta escamoteando información al consumidor".
Como ejemplo, unos pistachos que proceden de Irán o Turquía y que son tostados y envasados en España. "Con la actual norma ese producto es español, porque la última transformación se ha hecho aquí, pero con la nueva norma se especificará su origen".
El jefe del departamento de Legislación de AINIA, ha indicado que otro aspecto "muy relevante" es que en el nuevo etiquetado será obligatorio incluir las características nutricionales del alimento, algo que en la actualidad es voluntario.
Según Ferrer, con los actuales problemas de obesidad de la población a los consumidores les conviene saber qué están ingiriendo para fomentar una alimentación saludable, por ello, las nuevas etiquetas también deberán resaltar la presencia de ingredientes que puedan ocasionar alertas, bien en letra negrita o con otro color.
Esta nueva normativa, se trata de una normativa abierta, por lo que en los próximos dos o tres años se prevé que se produzcan modificaciones o una evolución del reglamento. En este sentido, aunque con la actual normativa las bebidas alcohólicas no llevan lista de ingredientes, se plantea si sería necesario hacerlo.
También ocurre lo mismo para los alimentos que se dispensen en establecimientos como restaurantes, comedores, centros de enseñanza u hospitales estarán sometidos a la nueva norma y, a solicitud del consumidor, tendrán que ofrecer la información del producto que sirven.
En general los consumidores "no nos paramos a estudiar el etiquetado" de los alimentos que compramos, pero si nos preguntan qué nos gustaría que incluyera "no tenemos problemas en pedir que incluyan más información".
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