La creencia referente a las propiedades beneficiosas de las zanahorias para la salud se remonta a varios años atrás en el tiempo. Por ejemplo, en la Edad Media se creía que el consumo en general de las zanahorias podía curar toda clase de males, desde enfermedades de transmisión sexual a mordeduras de serpientes venenosas.
Sabemos que la Edad Media no fue una época precisamente iluminada, pero el hecho es que la asociación del consumo de este vegetal y la buena salud se mantuvo y precisamente respecto a la visión. Debido a esto, la idea se reforzó considerablemente durante la Segunda Guerra Mundial.

Esta propiedad de las zanahorias, se debe a que son muy ricas en betacarotenos. Pero ¿qué es este compuesto? Bueno, son en sí un pigmento carotenoide que le confieren el tono anaranjado que puede encontrarse justamente en muchas verduras y vegetales de color naranja.
El betacaroteno es el precursor de la vitamina A (esencial para la salud ocular). La falta de dicha vitamina podría provocarnos ceguera y otros problemas en los ojos como sequedad persistente.
Por ello, el consumo de zanahorias puede mejorar la salud de nuestros globos oculares, lo cual no significa que comer zanahorias vaya a mejorar nuestra agudeza visual.
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