martes, 12 de noviembre de 2013

Bye bye grasa trans!!!

La Agencia Estadounidense del Medicamaneto (FDA) ha propuesto una serie de medidas con el objetivo de eliminar las grasas 'trans' artificiales presentes en muchos alimentos procesados. Se producen a través de un proceso llamado hidrogenación a partir de ciertas grasas vegetales, por lo que, de forma sencilla y barata se obtienen así grasas y aceites de fritura que son muy útiles para la industria alimentaria, ya que permiten mejorar la perdurabilidad, el sabor y la textura de los productos. Se extendieron rápidamente por su bajo coste y debido a que se creía que eran un buen sustitutivo de las grasas de origen animal (saturadas), que, en exceso, tienen un efecto nocivo para la salud y pronto pasaron a formar parte de muchos de los productos de bollería, tentempiés, horneados y artículos de comida rápida que millones de personas consumen cada día. No obstante, investigaciones científicas han constatado que si que  mejoran la consistencia, sabor y durabilidad de numerosos alimentos, pero que son más nocivas, incluso, que las clásicas grasas saturadas. Además de demostrar que aumentan los niveles del llamado colesterol malo y pueden disminuir los del colesterol bueno. 
Por todo esto, en 2006 entró en vigor una normativa de la FDA que obligaba a describir en las etiquetas de los alimentos la presencia de las grasas 'trans' artificiales, una medida que llevó a muchos productores a eliminar dicha sustancia de sus productos.
Como actualmente,  sólo existía obligación de reconocer en las etiquetas la presencia de 'trans' que sobrepasasen más de medio gramo por porción. En estos últimos días, se ha realizado una sugerencia a las empresas en la que, la cantidad de aceites parcialmente hidrogenados no debería ser superior a la que "generalmente se reconoce como segura".  
Esto significa que las empresas que quieran incorporar estos ingredientes a sus productos tendrán que demostrar científicamente que son seguros, una difícil tarea, ya que la literatura científica demuestra claramente lo contrario. De hecho, el Instituto de Medicina ya ha advertido que no existe un nivel seguro para el consumo de grasas trans artificiales.
Las medidas de restricción en este sentido, esperan el ahorro de una cantidad enorme en costes sanitarios y evitarán un importante números de infartos.

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