Los cereales, compuesto principal de la pasta, son la base de una dieta saludable; de hecho ocupan los primeros escalones de la pirámide de la alimentación saludable junto a fruta y verdura. Todas las sociedades científicas de salud y nutrición aconsejan basar nuestra dieta en estos grupos de alimentos para prevenir las enfermedades crónicas, gracias a su aporte en carbohidratos y fibra. La recomendación es consumir diariamente de 4 a 6 raciones de farináceos (del que forman parte los cereales, la pasta y también las patatas). Ello quiere decir que de forma semanal se puede llegar a ingerir, sin comprometer el equilibrio de nuestra dieta, entre 6 y 7 raciones de pasta (constituidas por 60/80 g de pasta en crudo): salteada, en ensalada, sopa, al horno, como guarnición...
Los carbohidratos son el combustible preferido de muchos órganos de nuestro cuerpo (sobre todo cerebro y músculos). Sin embargo, la ingesta actual de carbohidratos en España está por debajo de las recomendaciones: se recomienda ingerir más del 45% de la energía a partir de carbohidratos, pero la ingesta real asciende a un 41%. En este sentido, la pasta puede ayudar a equilibrar la dieta gracias a su gran contenido en carbohidratos y a su aporte en fibra dietética, nutriente crucial no solo para un correcto funcionamiento de la salud digestiva, sino asociado a un menor riesgo de padecer una larga lista de enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes e incluso cáncer digestivo).
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