No obstante, apenas tienen interés nutritivo y los deshidratados contienen muchos aditivos, sobre todo potenciadores del sabor, saborizantes y aromas.
El contenido en nutrientes de estos caldos es muy bajo y
similar en todos los del mercado. Lo mismo ocurre con el valor calórico. Si una
taza de caldo tiene 200mL, puede aportar un gramo de proteína, otro de
carbohidratos, medio de grasas y tan sólo 12 calorías.
En cuanto a los líquidos, decir que tienen un poco más de
proteínas que los deshidratados y menos carbohidratos, pero el aporte calórico
en ambos es similar al igual que su aporte de sal que se sitúa alrededor del
0.9% en todos los productos.
Debido a
esto, no se les puede considerar un producto salado, ya que su contenido no supera el 1.5%, pero hay que tener
en cuenta que su contenido en sal es moderadamente notorio, sobre todo para
aquellas personas que necesiten una dieta con restricción de ésta por problemas de hipertensión o insuficiencia cardíaca.
Por todo esto, se puede concluir que estos caldos apenas alimentan, pero se pueden consumir como un simple complemento en la dieta diaria.
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